El cambio vital de la pandemia por COVID-19

Toda persona pasa por cambios vitales a lo largo de su existencia. Podría ponerme filosófica y plantear qué son desde la perspectiva más existencialista, pero como esto es un Blog sobre Psicología, ese trabajo se lo dejo a mis compis de Filosofía.

Definiciones

Para empezar, si vamos a hablar de cambios vitales, definamos lo que son:

Los CAMBIOS VITALES son situaciones que suponen una modificación significativa de aquello que conocíamos hasta el momento.

Un ejemplo muy claro de cambio vital sería la pandemia por COVID-19 que estamos viviendo en este momento. Esta pandemia ha supuesto un gran cambio, más en unas personas que en otras, pero si lo piensas, ¿eres la misma persona que hace dos años?

Dentro de los cambios vitales podemos diferenciar dos conceptos: sucesos y transición.

Los SUCESOS son «experiencias concretas que, aunque usualmente dan lugar a transiciones o crisis, no siempre actúan como demarcadores de procesos de cambio».

Por ejemplo, si te gusta el fútbol, te acordarás perfectamente de cuando en 2010 Iniesta marcó el Gol que hizo ganar a España su primer Mundial. Esto fue un suceso: una experiencia concreta que, aunque no supuso un cambio en nuestro día a día, sí ha marcado un antes y un después en nuestra historia vital.

Una TRANSICIÓN es un «período de cambio significativo entre dos etapas de estabilidad que exige un importante esfuerzo de adaptación, provocado por la ocurrencia o persistencia de algún suceso».

La pandemia por COVID-19 sería una transición, porque toda persona que ha pasado por ella ha tenido que someterse a un esfuerzo importante para adaptarse a la situación, incluso aunque sea negacionista.

• Las transiciones son vividas de forma idiosincrática por cada persona, por lo que tú no has vivido esta pandemia de la misma forma que lo he hecho yo o que lo ha hecho Brad Pitt.

Otro ejemplo de transición sería que te tocara la lotería: pasarías de estar preocupada por no pagar los másters que quieres hacer a vivir tu profesión desde la vocación y no desde la necesidad de comer. Tendrías que someterte a un esfuerzo por adaptarte a la situación, porque supondría un cambio significativo (positivo o negativo) en muchos aspectos. Por tanto, estarías atravesando una transición entre dos etapas de estabilidad.

Puede que acabe de hacer una autorrevelación aquí… Bueno, sí, lo he hecho, no me escondo.

Como has visto, los cambios vitales no tienen que ser necesariamente negativos o traumáticos. Que te pase algo muy bueno, como que te regalen ese Funko grial que llevas años buscando, puede ser un suceso que marque un antes y un después en tu vida.

La curva del cambio (Virginia Satir)

Virginia Satir fue una psicoterapeuta que propuso un modelo, según el cual el cambio llega después de pasar por varias fases. Estas fases se pueden representar en una curva:

1. Viejo Status Quo: se refiere a la situación que teníamos antes del cambio. Tomando la pandemia por COVID-19 como ejemplo, el viejo Status Quo seria esa «antigua normalidad» que tanto hemos echado de menos estos meses: ir a un festival, hacer congresos multitudinales, salir de cañas con tus compañeros de trabajo…

2. Resistencia: ¿te acuerdas cuando decíamos que este virus sería sólo «como una gripe»? Podríamos decir que aquí estábamos en resistencia porque estábamos restándole importancia a la situación. No significa que estuviéramos negando la situación, sino que en nuestro proceso de cambio intentábamos adaptarnos a la situación como podíamos. No podemos pretender pasar de una situación de normalidad absoluta a una de pandemia y confinamiento de un día para otro.

El caso de las personas negacionistas sería otro asunto. ¿Podríamos decir que estas personas están en negación por miedo a afrontar una realidad en la que hay un virus altamente contagioso? Puede ser, pero antes de afirmarlo tendríamos que hacer una valoración individual de cada persona.

3. Caos: como bien dice la palabra, en este proceso del cambio entramos en caos. Cada persona vive el caos de una manera: una persona tendrá ansiedad, otra tendrá depresión, otra tendrá un malestar pasajero… Recuerda, el cambio es idiosincrático: cada persona lo vive de una manera diferente.

Durante esta pandemia se ha disparado la demanda de servicios de salud mental, porque hemos sometido a nuestro cuerpo a una situación de estrés prolongada en el tiempo y eso, inevitablemente, tiene consecuencias. ¿Quiere decir que toda persona que ha pasado por esta pandemia necesite ir a terapia? No, pero sí que el esfuerzo que ha supuesto el adaptarnos a la situación ha afectado a la salud mental de muchas personas. Además, gracias al trabajo de muchos profesionales, cada vez hay menos estigma con ir a terapia, lo que facilita que la gente haya pedido ayuda cuando lo ha necesitado. RECUERDA: ir a terapia no te hace débil, ni te pone una etiqueta de «enfermo». No hace falta tener un diagnóstico para ir a terapia.

4. Idea transformadora: aquí es cuando empiezas a ver la luz al final del túnel e ideas estrategias de afrontamiento (cosas que haces para superar la situación). ¿Te acuerdas cuando durante el confinamiento salíamos a aplaudir a las 20h? ¿cuando tus vecinos salían al balcón y montabais una discomovil improvisada desde el balcón?

Son ideas que, sin negar la pandemia, hacen que pasemos de ese «caos» a intentar regular la situación de la mejor manera que podemos.

5. Integración: aceptamos la situación y la integramos en nuestro día a día. Nuestra vida, ahora mismo, no es la misma que hace dos años. Salimos a la calle con mascarilla, respetamos la distancia de seguridad…, pero no dejamos de hacer aquello que nos hace bien. Podemos salir a comer con amigos, pero teniendo en mente unas mínimas medidas de higiene y seguridad. Tomamos conciencia de que esta pandemia nos ha pasado factura y pedimos ayuda en terapia.

Como ves, nos hemos adaptado a las exigencias de la pandemia, pero sin dejar de hacer aquello que nos gusta. Hemos tomado acción para adaptarnos de la forma más sana posible.

6. Nuevo Status Quo: después de la tormenta, llega la calma. En esta fase es cuando podemos decir que se ha establecido la «nueva normalidad». Podemos volver a ir a festivales, podemos hacer cenas con amiguis…, haremos cosas que hacíamos antes de la pandemia, pero no de la misma forma. Hemos normalizado más conductas de higiene, como lavarnos más las manos. Habrá quien prefiera reunirse en espacios abiertos, quien sea más consciente de la importancia de cuidar la salud… Volvemos a la calma, pero habiéndonos adaptado a este cambio vital.

Conclusión

Como has visto, podemos definir un proceso por el cual pasamos cuando vivimos un cambio, pero no quiere decir que todos pasemos por él de la misma manera, ni que una esté mejor que otra. Lo importante es validar nuestro proceso y saber pedir ayuda cuando la necesitemos.

Espero que te haya gustado este post,

¡nos leemos en el siguiente!

Sara

BIBLIOGRAFÍA

Aquí te dejo el material que he utilizado para escribir este post, por si te apetece ampliar la información.

Aprender de los grandes cambios vitales.

Las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y el confinamiento.

Prevalence of stress, anxiety, depression among the general population during the COVID-19 pandemic: a systematic review and meta-analysis.

Los servicios de salud mental se están viendo perturbados por la COVID-19 en la ‎mayoría de los países, según un estudio de la OMS.