No sé cuántas veces habré dejado algo a medias por quedarme bloqueada, sentir que no valía para ello, decir que no tenía tiempo o que simplemente lo perdía. El bloqueo puede llegar en un momento puntual, en un instante en el que te sientes perdida y no sabes qué dirección coger, pero eso no significa que lo que estás haciendo no te guste, que lo tengas que dejar o que directamente no tengas por qué intentarlo. Significa que tienes que darte tu tiempo para encontrarte, escucharte y entonces intentar encauzar una dirección hacia el objetivo que te habías marcado.
El bloqueo mental, en palabras de profesionales, se refiere a «la imposibilidad de seguir una línea de pensamiento que afecta a nuestras conductas, merma nuestra eficacia y limita nuestro potencial para conseguir nuestro objetivo final» (Manuel Escudero).
Es decir, se produce una especie de interrupción en nuestro cerebro que deja nuestra mente en blanco, de manera que no sabemos por dónde avanzar. Por aclarar: nuestro cerebro nunca es interrumpido (es una «metáfora» para que entiendas mejor por qué se produce el bloqueo).
Esta situación puede producirse a nivel emocional, cognoscitivo o ambiental.
- Bloqueo emocional: ¿te ha pasado alguna vez que estabas tan en shock que eras incapaz de sentir nada? La incapacidad de sentir/expresar emociones es a lo que se refiere este tipo de bloqueo. Se dan sobre todo cuando nos exponemos a situaciones de alto impacto para nosotros (p.e. la muerte de un familiar), pero esto no significa que seas un psicópata o que nunca más vayas a sentir emociones. Todo volverá a su cauce, pero si sientes que te cuesta y que necesitas ayuda siempre puedes acudir a un profesional de la salud.
- Bloqueo cognoscitivo: sería el bloqueo que sentimos cuando nos quedamos en blanco en un examen, cuando un escritor no sabe cómo continuar su novela o cuando te ves incapaz de encontrar una solución a un problema. Por si te anima, te puedo asegurar que este bloqueo es temporal. Como te he dicho antes, todo es cuestión de darse tiempo y escucharse. No pasa nada si te quedas en blanco en un examen, seguramente haya sido consecuencia del estrés que llevabas acumulado. No pasa nada si no se te ocurre una temática sobre la que escribir, siempre puedes escribir sobre el bloqueo mental (mírame a mí). Algo que a mí me ayuda es darme uno o dos días de descanso y leer, leer mucho, porque aunque nos obcequemos en que la solución no existe, la gran mayoría de las veces la teníamos delante y no la habíamos visto.
Algo peligroso de este bloqueo es que puede producir desinterés en aquello en lo que nos hemos visto bloqueados. Sin ir más lejos, yo dejé de escribir en este blog porque me cansaba de sentirme bloqueada, pero ahora me he propuesto escribir aunque sea del capítulo de Einstein que vi anoche (serie muy recomendable por cierto).
- Bloqueo ambiental: hace referencia a la dificultad para adaptarse a un contexto social o de interacción con otras personas. Por ejemplo, las personas tímidas pueden sentirse bloqueadas a la hora de hablar con gente nueva, o simplemente puedes no sentirte integrado/a en tu grupo de amigos/as. Mientras esto sea algo puntual no tiene por qué ser alarmante, pero si afecta en el desarrollo de tu vida diaria sí sería recomendable acudir a profesionales de la salud, más que nada para evitar daños mayores (aislamiento, ansiedad, p.e.).
La mayoría de las ocasiones percibimos este bloqueo como algo negativo, ya que nos impide avanzar hacia un objetivo que nos habíamos propuesto. No obstante, ten en cuenta que nada ocurre porque sí. El bloqueo actúa como un mecanismo de defensa ante algo perjudicial, pero no es permanente aunque nos de la sensación de que sí. Hay veces que surge frente al miedo, frente al agotamiento…, y nos escudamos en él más de lo debido para no enfrentarnos a lo que tenemos delante.
En mi caso, me daba miedo escribir en el blog por temor al qué dirán, a perder más tiempo de lo debido o a que me superara (como me pasó en YouTube). Sin embargo, mi argumento para no escribir no era ese, sino que «no sabía de qué escribir», que «estaba bloqueada». Lo más curioso de todo es que no lo hacía adrede, yo realmente creía que me bloqueaba y que «ya escribiría cuando me viniera la inspiración». Cuando me planteé escribir de manera constante fue cuando me di cuenta de que mis argumentos no eran reales, que el bloqueo ya había pasado y que lo que tenía era miedo.
Toda la teoría es fácil. Es fácil decir «Sal del bloqueo», lo complicado es hacerlo. Hay muchísimas webs donde te dejan recomendaciones para salir del bloqueo, entre las que se incluyen la respiración, el deporte, el descanso, la regulación emocional… Sin embargo, no he leído ninguna que incluya mi recomendación favorita: ESCUCHARSE. Muchas veces se da por supuesto y ni se menciona, pero es el primer paso para llevar a cabo todas las recomendaciones posteriores. Como te he dicho en otros post, no te juzgues ni te presiones. Si estás en esta situación es por algo y no está mal. Lo que tienes que hacer es dar un paso adelante y preguntarte a ti misma por qué te has bloqueado. No te mientas, porque lo único que conseguirás es entorpecer tu propio camino.
Espero que este post te haya ayudado, ya sea a entender lo que es el bloqueo o a descubrir estrategias para salir de él. Todas las personas somos diferentes y puede que a ti no te funcione alguna estrategia que a mí sí, pero te puedo asegurar que, por mucho que me repita (y así voy a seguir), la que te funcionará seguro es la de ESCUCHARTE.
Nos leemos el lunes que viene,
Sara
