No sorprendo a nadie si digo que la Psicología y la interpretación son mis pasiones favoritas. Yo he tenido la suerte de dedicar mi vida a una de ellas, pero sin dejar de lado a la otra.
Quizá sea precisamente eso lo que me lleva a descubrir proyectos que unen ambas cosas. En este artículo os quiero hablar de uno de los documentales que recojo en Documentales sobre el ALZHEIMER en primera persona: La Memoria Infinita. Hace unas semanas tuve la oportunidad de asistir al preestreno y conocer a Paulina Urrutia, protagonista del documental junto a Augusto Góngora.
Aprendí tanto, como persona y como profesional, que lo quiero compartir también por aquí.
Preestreno en los Cines Lys
Una de las particularidades más bonitas de los Cines Lys es que hacen eventos especiales abiertos al público general, como preestrenos y pases de películas con coloquio, en el que a veces participan personas que han trabajado en la película.
He de admitir que yo fui al preestreno de La Memoria Infinita sin saber quiénes eran Augusto y Paulina. La sala de cine estaba a rebosar de gente chilena que los admiraba profundamente. Podías ver el brillo en sus ojos cuando Paulina se ponía delante de la pantalla. Yo no entendía tanta fascinación, hasta que vi el documental.
Aquí tenéis un pequeño resumen de lo que fue:
Un homenaje al amor más allá del Alzheimer
Cuando oímos que una película trata sobre el Alzheimer, tendemos a pensar que va a ser un dramón que nos va a dejar descompuestos al salir del cine, como El diario de Noa. Honestamente, es lo que yo pensé cuando vi el anuncio del evento, pero igualmente decidí ir, pese a lo que dijeran mis prejuicios. Y menos mal que lo hice, porque nada más lejos de la realidad.
Yo no diría que La Memoria Infinita es una película-documental sobre el Alzheimer. Es cierto que el hilo argumental avanza conforme lo hace la enfermedad, se muestra su evolución en Augusto, pero el núcleo central en realidad es, como dice una de las críticas, un homenaje al amor, un homenaje a las personas cuidadoras.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa y, como tal, «va apagando poco a poco el cerebro». Impacta ver que la fluencia verbal de Augusto cada vez es menor, que tiene episodios de desorientación, que necesita cada vez más ayuda para actividades de la vida diaria…, pero pese a todo, durante gran parte de la película notas que la mirada permanece. Incluso cuando crees que ya no está, que se acerca ese momento inevitable, el documental te regala un final marcado por un «yo quiero pasar toda mi vida contigo».
Yo me emocioné varias veces a lo largo de aquella casi hora y media, pero no porque se mostraran escenas duras, que prácticamente no hay, sino por sentirme la persona más afortunada del mundo por poder compartir mi vida con alguien a quien miro y me mira como se miran Augusto y Paulina. Si tienes pareja, ver La Memoria Infinita hará que tu primer impulso al terminarlo sea decirle que le quieres. Y si no tienes, hará que sueñes con tenerla.
Para terminar, quiero remarcar otra vez que La Mirada Infinita es un documental que trata algo tan duro, como es la evolución del Alzheimer, pero con tanto mimo, que cuando terminas de verlo no te sientes rota, sino con el corazón calentito y bien cuidado.
Así que si tenéis oportunidad de verlo, os pido que lo hagáis.
Nos leemos en otros artículos,
Sara
Goya a Mejor Película Iberoamericana
Publiqué este artículo cuando se estrenó La Memoria Infinita. Meses después puedo decir con orgullo que ha ganado el Goya a Mejor Película Iberoamericana en 2024. Han sido unos Goya en los que se ha visibilizado el impacto del Alzheimer en la vida de las personas y no puedo estar más satisfecha por ello.
Qué bonito es que se reconozca el trabajo bien hecho y que se visibilicen realidades que hasta hace poco han sido tabú.
Aquí os dejo el vídeo de la entrega del premio:
Sara Gomis 