¿Es el REALFOODING una secta?

Cuando algo se normaliza socialmente, suele haber una parte de la población que reacciona con la opinión contraria y una actitud revolucionaria. Esta situación puede acabar en un cambio positivo (se mejora la vida de las personas) o negativo (se empeora).

  • Ejemplo de cambio positivo: socialmente estaba normalizado estigmatizar la psicopatología como «locura», hasta que un grupo social (profesionales y pacientes) reivindicó la connotación peyorativa de este concepto. Así, poco a poco, la salud mental se va viendo como salud y no como «locura», aunque todavía queda mucho por hacer.

  • Ejemplo de cambio negativo: la ciencia ha demostrado que la Tierra es redonda, pero también se ha visto que, en ocasiones, los resultados de los estudios científicos están supeditados a intereses económicos. En base a este último argumento, los terraplanistas dicen que la Tierra es plana, adoptando este pensamiento como verdad absoluta. Este cambio lo que genera es desconfianza en los resultados científicos y en las personas del entorno de quien lo predica. Por tanto, el cambio es negativo, porque no hay beneficio positivo. En este marco social es donde suelen salir las sectas.

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Antes de empezar, quiero recordarte que tengo una cuenta de Instagram (@neuro.boo) en la que hago divulgación sobre Psicología con Funkos. Te invito a que te pases por el perfil para que aprendas Psicología de una forma un poco… Peculiar 😉

¿Qué es una secta?

Según las definiciones de Almendros et al. (2009) y Farías (2012)…

Una SECTA es un grupo absolutista cerrado y de funcionamiento autoritario en el que se exige devoción hacia el líder o hacia una idea.

Las características principales que definen a las sectas son:

  • Los seguidores buscan respuestas a preguntas, cayendo en el sesgo de confirmación (buscar respuestas que avalen sus creencias, ignorando aquellas que las pueden cuestionar).

  • Los líderes de las sectas se aprovechan del punto anterior y, mediante la manipulación psicológica, se transforman en «ladrones de la verdad» (Almendros, 2005).

  • La dinámica y la manipulación psicológica crean dependencia del grupo, aislando a la persona de su entorno social y generándole alteraciones psicológicas (inestabilidad emocional), sociales (aislamiento del entorno social) y físicas (alteración del funcionamiento general) (Farías, 2012).

¿Qué es el realfooding?

Según la misma página web del Realfooding, se definen como:

«El REALFOODING es un estilo de vida basado en comer comida real y evitar los ultraprocesados. Es un movimiento que defiende el derecho a una alimentación saludable para la población. Es una revolución que lucha con conocimiento y conciencia contra el lado oscuro de la industria alimentaria«.

  • A día de hoy cuentan con una aplicación para registrar la calidad de los alimentos y con un supermercado «realfood».

  • Su tesis principal es mejorar la calidad de la alimentación de las personas cambiando su base nutricional. Es decir, consumir comida «real» y evitar los ultraprocesados por su alto contenido en componentes nutricionales no deseados.

¿Podría ser el realfooding una secta?

En este apartado voy a hacer un análisis del discurso realfooder, partiendo del análisis de Heleven en Twitter. Mi intención es que puedas ver desde un punto de vista diferente lo que se nos vende en redes sociales.

Carlos Ríos, a día de hoy, cuenta con 1,5 millones de seguidores, por lo que podemos considerar que es una persona influyente. Del movimiento realfooder llevamos hablando desde hace años. En un contexto en el que la obesidad es uno de los problemas de salud que más llaman la atención, estrategias para «combatirla» son bien acogidas por la población. Por tanto, podemos decir que, en un principio, el movimiento realfooder puede crear un cambio positivo en la sociedad.

Pero… ¿Es un movimiento social o una organización coercitiva que puede tener un discurso peligroso? A continuación te expongo algunos puntos que llaman la atención del Realfooding:

  • El mismo nombre da un carácter revolucionario al movimiento: comida real. Así se sugiere que también existe la «comida no real»: los ultraprocesados, a los que llaman «caca». Si evitas el consumo de ultraprocesados y sólo te alimentas de comida real, alcanzarás un estado de salud óptimo, supuestamente… ¿no?

El primer error es pretender alcanzar la salud óptima tomando la variable de los alimentos, pero olvidando otras como la relación que se establece con la comida. Si decimos que los alimentos ultraprocesados son «caca», cuando se consumen, aunque sea en moderación, se genera una sensación de culpa en torno a la alimentación. ¿Seguiría esto siendo salud?

  • Carácter revolucionario: Carlos Ríos utiliza conceptos como «boicot», «abrir los ojos», «mafia»…, para dar a su movimiento un carácter de revolución. Incluso ha dado un nombre a sus seguidores, fomentando la identificación con el grupo.

  • Negación de que el grupo social puede tener características de una secta: ¿una secta admitiría serlo?
  • Se recurre al engaño cuando el discurso del líder puede ser cuestionado: ¿te acuerdas del revuelo con la crema de cacao realfood? Se retiró del mercado porque incumplía con la normativa del etiquetado de productos, pero Carlos Ríos no dijo eso, sino que lo argumentó como un «boicot de la industria de los ultraprocesados».

  • Interpretación de los estudios científicos basada en el sesgo de confirmación: «la comida real aumenta la segregación de serotonina y nos hace estar más felices» (tweet desde la cuenta @myrealfood_app). A ver, por esta regla de tres, los ultraprocesados también nos hacen estar más felices, porque contienen azúcar y el azúcar genera una respuesta de recompensa en el cerebro.

De todas formas, desde el hilo de Twitter de @WaldenDos_ se encargan de desmontar este discurso y remarcan que correlación no implica causalidad.

  • En un contexto social en el que el realfood tiene la verdad y la sociedad está corrompida por la industria de los ultraprocesados, sólo este movimiento puede «salvarnos» de la desesperanza.
Análisis de @heleven_ en Twitter
  • Al ser conocedores de «la verdad que nos salvará de la desesperanza», forman parte de un grupo exclusivo y selectivo en el que se rechaza a cualquier persona que cuestione aspectos del movimiento. Para pertenecer al grupo, debes cumplir con los puntos que te marca su líder.
Análisis de @heleven_ en Twitter
  • Aislamiento social sutil de quien pertenece al movimiento: no hace falta que dejes de salir de casa o de relacionarte para considerar que te has aislado.
Análisis de @heleven_ en Twitter
  • Se crea una tendencia a la hipervigilancia, tanto personal como ajena, y aparece el miedo a ser juzgado por los demás miembros del grupo.
Comentarios de Facebook recabados por @helen_
  • Falsa dicotomía: te hacen creer que puedes elegir, pero te presentan una opción como la verdad salvadora (Realfooding) y la otra como la que va a sembrar el caos en el mundo (comer ultraprocesados). ¿Puedes elegir? Sí, pero si no eliges lo que ellos quieren, generan la sensación de culpa.
  • Generar compromiso con el movimiento: en el realfooding está el reto de «comer comida real durante un mes». De esta forma, sin coacción alguna (lo cual te anima más a formar parte del movimiento), empiezas a adoptar un compromiso firme, activo y público, tras el cual no podrás abandonar.
  • Falacia de control: formar parte del movimiento realfooder implica que gran parte de tu día está dedicado a pensar, valorar y planificar comidas, lo que aumenta la sensación (irreal) de control.
Comentarios de Facebook recabados por @helen_

Una característica destacada de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) es la tendencia a pensar que, si se controla lo que se come, se controla también lo que sucede. Es una distorsión cognitiva, porque controlar la comida no implica controlar tu vida.

  • Por último, vamos a hablar del líder: Carlos Ríos.

En el artículo anterior os hablaba de los diferentes poderes que existen. Uno de ellos es el poder de experto: dispones de una formación y experiencia que avala tu autoridad. Carlos Ríos es nutricionista, por lo que se le considera una fuente fiable, creíble y sincera cuando habla de nutrición y dietética.

Partiendo del poder de experto, Carlos Ríos ha creado el movimiento Realfooding, por lo que se considera un «héroe de guerra» y utiliza conceptos bélicos para dar un carácter revolucionario a su obra.

Desde el movimiento, además de la falacia de control, se sigue la falacia de justicia: su verdad es la única verdad, por lo que la justicia se rige por las normas de su movimiento.

Post de Facebook de Carlos Ríos

Como héroe de guerra, Carlos Ríos refuerza su carácter de mesías con un apartado en Instagram dedicado exclusivamente a mostrar cómo las personas han conseguido «ser felices y sanas» gracias a él y a su movimiento. No soy quien para diagnosticar, pero habría que valorar cierto delirio de grandeza.

Asimismo, junto al delirio de grandeza viene aquello de lo que hemos hablado antes: desprestigiar a todo aquel que cuestione el movimiento. Según el código deontológico de los dietistas-nutricionistas:

No denunciará a un colega ante el Colegio o Asociación ni dañará la imagen y su prestigio sin pruebas, basándose únicamente en conjeturas, suposiciones o razones personales.

No es la primera ni la última vez que Carlos Ríos ataca a la profesionalidad de sus compañeros de profesión. Un ejemplo de ello es el que denuncia @Midietacojea. Por tanto, podemos decir que la ética del Realfooding es un tanto cuestionable.

Conclusión: ¿es o no una secta?

No me gusta hacer afirmaciones dicotómicas sobre temas tan serios y que atañen a tanta gente. Lo que podemos decir es que el movimiento realfooder sigue un discurso peligroso que hay que vigilar y analizar desde el pensamiento crítico, no desde la validación absoluta.

El Realfooding puede suponer un cambio positivo en unas personas, pero también se están viendo consecuencias muy negativas en otras, por lo que no podemos olvidar esto último.

Recomendaciones

Hilo de Twitter sobre Carlos Ríos y los realfooders.

Hilo de Twitter de @unnombrealazar.

Reportajes sobre sectas actuales y que abordan diferentes temáticas en el canal de TAMAYO.

Bibliografía

Almendros, C. (2005). Ladrones de libertad: pseudoterapias «religiosas» New Age. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.

Almendros, C., Rodríguez-Carballeira, L., Carrobles, J. A., & Gámez-Guadix, M. (2009). Los motivos de vinculación a sectas coercitivas. Revista de Psicoterapia20(78/79), 43–60. https://doi.org/10.33898/rdp.v20i78/79.827

Farías, A. (2015). Sectas y manipulación mental: Un enfoque desde la Psicología. Editorial Vita Brevis.

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